Hay que destacar en primer lugar la posición de España frente al proceso de integración europea, comprobando el importante resultado en 2005 del referéndum sobre el Tratado Constitucional, en dónde el 76,73% de los votantes se pronunciaban a favor (44,43% de participación).
El Tratado de Lisboa por su condición de Tratado de reforma no precisaba de referéndum, y fue aprobado mediante vía parlamentaria el 30 de abril de 2008.
Y del cual España es el país que más gana con respecto al número de eurodiputados, recuperando 4 de los 14 eurodiputados que se perdieron por el Tratado de Niza de 2000.
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