En la conferencia de prensa Topolanek señaló que "es necesario reforzar la competitividad y limitar la burocracia". Con el mismo mensaje de reforzar la doctrina liberal, el vicepresidente Vondra anunció su propósito de fomentar "la liberalización de los servicios y la simplificación de la burocracia administrativa para las empresas, así como evitar las regulaciones excesivas y el aumento del proteccionismo". Por lo tanto sus aspiraciones es fomentar un liberalismo sin precedentes en la UE.
El gobierno de la República Checa, encabezada por su primer ministro encarnan la posición más cruda del euro - escepticismo, la cual llevará esta gestión de la presidencia del consejo europeo sin intenciones de aunar esfuerzos entre los Estados miembros.
Y este euro - escepticismo se refleja en la actitud del primer ministro por oponerse a que en las sedes institucionales del gobierno de la República Checa no puedan ondear las banderas de la UE junto con la nacional propia, ya que tiene reticencias a que de esa imagen se desprenda una subordinación estatal a la UE, como en su pasado tuvo con la URSS.
Una muestra más de su euro-escepticismo se plasma en la situación en la que el Parlamento checo prevé ratificar el Tratado de Lisboa el próximo mes de febrero, aunque el presidente de la República, el euroescéptico Vaclav Klaus, ha advertido que no lo firmará hasta que lo haga Irlanda, el otro país que aún no ha ratificado el Tratado.
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